Algunas de las causas del origen de la deglución atípica en los niños es el uso prolongado del biberón o del chupete, y malos hábitos como la succión de uno o varios dedos, así como morderse las uñas (onicofagia).
El abuso de alimentos blandos o la prolongación de una alimentación complementaria como el triturado o la cuchara es otra de las causas de este trastorno.
Las amígdalas hipertróficas, adenoides, bajo tono en la musculatura perioral o inspiratoria, impiden que el labio cierre correctamente y que la lengua baje y se coloque bien entre los dientes.
El frenillo lingual puede ocasionar una disfunción en la movilidad de la lengua y perjudicar el proceso de deglución.
Las patologías neurológicas, como la parálisis cerebral mantienen un patrón anteroposterior de la lengua que dificulta deshacer los alimentos.
Todo ello favorecen la disarmonía en la implantación dental, y generan maloclusiones dentales y maxilares